Ramón María de las Mercedes de Campoamor y Campoosorio
Nació
en Piñera (Asturias), el 24 de septiembre de 1817, el seno de una familia
acomodada, quedando huérfano de padre en 1821. En 1826, estudió Humanidades en
Puerto de Vega, obteniendo el certificado de Latinidad y Retórica en 1832. Un
año más tarde, estudió Filosofía en Santiago, posteriormente en el colegio de
Santo Tomás de Madrid y con los jesuitas en Torrejón de Ardoz, en 1834. Durante
su estancia en la capital cambió de orientación, cursando estudios en el
Colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos. Finalmente, cansado de las
ciencias físicas, optó por dedicarse a las letras y a la política, influido sin
duda por su admirado Espronceda.
En 1837 comienza a escribir versos y a
colaborar en diversas revistas románticas: No me olvides, de 1837 a 1838,
donde publicó su primer texto crítico, titulado “Acerca del estado actual de
nuestra poesía”, en el que impugna el “romanticismo degradado” y recomienda
leer a los clásicos, Las Musas en 1837, Siglo XIX en 1838, El
Panorama de 1838 a 1839 y El Alba, e esos mismos años, entre otras.
Sus primeras obras impresas pertenecen al género dramático y datan de 1838, son:
Una mujer generosa, y El Castillo de Santa Marina, que no
llegaron a representarse, algo que sí conseguirá en 1841 con la comedia El
hijo de todos, aunque su escasa repercusión le llevó a abandonar el teatro,
que por entonces era el género literario de mayor influencia social. En 1840 publica
su primer libro de versos, de clara filiación romántica, Poesías (más
tarde rebautizado como Ternezas y flores), publicado por el Liceo
Artístico y Literario. También escribe dos poemas a la exiliada reina María Cristina que constituyen su
afiliación al Partido Moderado y el inicio de su carrera política. En 1842
publicará dos libros de versos, Ayes del alma y Fábulas, y el
inicio truncado de una novela, Los manuscritos de mi padre, que había
visto la luz en folletón. Inicia entonces una larga carrera política y
literaria.
El año siguiente es nombrado auxiliar del
Consejo Real, a la par que publica su reaccionario Filosofía de las leyes
y la primera edición de sus Doloras, un censurado neologismo que el
propio Campoamor define como “composición poética en la cual se deben hallar
unidas la ligereza con el sentimiento y la concisión con la importancia
filosófica”. Al fin, consigue personalidad en su registro irónico-realista,
rompiendo con el contexto literario dominante, el romanticismo, que será la
ideología de la nueva burguesía. En 1847, La Publicidad publica un
volumen titulado Obras poéticas de Campoamor, reuniendo títulos anteriores,
y donde efectúa algunos cambios. En ese mismo año es nombrado por Sartorius
jefe político (gobernador civil) de Castellón, donde propone la instrucción
obligatoria y establece la beneficencia, además de preocuparse por los caminos
y la apariencia de los pueblos; pero al año siguiente, tiene que dimitir por
presiones de los caciques, teniendo que afrontar con éxito su primer duelo a
pistola. Acepta el mismo cargo en Alicante, donde en 1849 se casará con
Guillermina O’Gorman, perteneciente a una familia católica irlandesa (según
Alejandro Pidal y Mon, Campoamor era “un pagano que no tiene de cristiano, sino su mujer”; o “Si fuera menos artista sería un escritor
pornográfico”).
En 1850 sale elegido diputado por Lucena del
Cid (Castellón) por el Partido Conservador, pero renuncia para continuar como gobernador
de Alicante. Allí, mejora la red viaria e impulsa la creación del paseo
marítimo. En 1851 cae Narváez y con él los
gobernadores adictos a su partido. Entonces se dedica a componer la epopeya Colón
en la dehesa de Matamoros (luego “de Campoamor”), propiedad de su
mujer. En 1853 es elegido diputado por Aspe y Alicante, aunque renunció al acta,
siendo nombrado gobernador de Valencia, hasta 1854, cuando se produce el
levantamiento contra Isabel II, conocido como “La Vicalvarada”.
En ese mismo año el matrimonio se traslada a Madrid, donde publica Apuntes
para una filosofía. Es nombrado oficial en la secretaría del Ministerio de
Hacienda, y, acepta la dirección del periódico El Estado, también sale
elegido diputado por Játiva y Vinaroz (puesto al que renuncia). En 1858 publica
un relato escrito en sus años jóvenes, Acasos y providencias, y una
nueva edición de Las Doloras, a las que en 1861 añade su colección de
Cantares. En ese mismo año es nombrado académico de la Española y lee su
discurso de ingreso un año después. También ese año son sus Polémicas con la
recopilación de sus artículos en defensa de la doctrina moderada, que formaban
parte de una polémica con Castelar y Canalejas en las páginas de El
Estado. Castelar le retrató certeramente: “Ligero en sus juicios,
ingenioso en sus conceptos, brillante y vario en su estilo, poco respetuoso con
las altas ideas humanas, dispuesto a sacrificar a un chiste todo un sistema
[...] será siempre a mis ojos un refinado sofista”. Posteriormente, ambos
fueron buenos amigos. Un incidente le convierte en paladín de la causa
tradicionalista: en 1863, tras una polémica sobre la vacante en el Ministerio
de Marina, con O'Donnell como primer ministro,
se bate a sable con el capitán de navío Juan Bautista Topete, al que hiere.
En 1867 fallece en Navia su madre, y en 1868 se
produce la Revolución Septembrina y el destierro de Isabel II a Pau (Francia).
Allí adonde acude Campoamor a rendirle homenaje. A su regreso abandona Madrid y
se instala en Alicante. Se aprovecha de su fama para volver a los escenarios y
estrena: Guerra a la guerra (estrenada el 3 de noviembre de 1870 en el
Teatro Español de Madrid), El palacio de la verdad de 1871, Cuerdos y
locos, su mayor éxito, estrenada en 1873, Dies Irae del mismo año, El
honor de 1874, Así se escribe la historia de 1875 y que fue un fracaso.
A partir de 1874, con la Restauración monárquica y el Gobierno de Cánovas del Castillo,
ocupa diversos cargos políticos, y finalmente senador del reino. En 1886
publica Las Humoradas. De sus últimos años, 1880 a 1892, destaca su corresponsalía
para el diario La Época de Santiago de Chile, sus dos viajes a París o
su asistencia, con sesenta años, a la cátedra de Química de la Escuela de
Farmacia.
En 1890 fallece su esposa y, desde entonces, no
volverá a publicar. En 1892 se inaugura el Teatro Campoamor de Oviedo,
bautizado así gracias a Leopoldo Alas, “Clarín”. Los últimos años de su vida
transcurren con tranquilidad. Muere en Madrid en 1901, mientras se publicaban
sus Obras completas (1901-1903).
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