Ramón Cabrera y Griñó

 


Ramón Cabrera Griñó, nació en el barrio de pescadores de Tortosa (Tarragona), el 27 de diciembre de 1806. Fue su padre, José Cabrera, patrón de barco, y su madre, Ana María Griñó. Con la entrada de los franceses en Tortosa, la familia tuvo que emigrar a Vinaroz, donde en 1814, falleció el padre, quedando Ramón huérfano con solo seis años, por lo que, la familia regresó a Tortosa. La madre contrajo segundas nupcias con Felipe Calderó, otro honrado patrón, que se hizo cargo de los hijos de su esposa, disponiendo que Ramón fuera al colegio de Santo Domingo, donde recibiría la primera instrucción. Su poca inclinación al estudio, le llevaron a probar fortuna en el comercio y después de marino. Ramón fue destacando entre los jóvenes de la ciudad por su liderazgo.



Se sumó al levantamiento carlista de 1833, en favor del pretendiente Carlos Maria Isidro, en la zona del Maestrazgo, donde pronto tuvo una partida propia y siendo ascendido por el pretendiente a coronel en 1834. En 1835, como represalia por los fusilamientos que ordenó tras la toma de Rubielos, el general Francisco Espoz y Mina hizo fusilar a la madre de Cabrera, por lo que, a partir de entonces, su comportamiento se volvió cada vez más feroz, valiéndole el apodo de Tigre del Maestrazgo. En 1836, participó en la expedición carlista del general Gómez y, un año más tarde en la encabezada por el mismo don Carlos María Isidro hasta llegar a las puertas de Madrid. En 1838 conquistó Morella y la convirtió en capital del territorio que dominaba, por lo que, el pretendiente, le nombró conde de Morella.



En 1839, al celebrarse el Convenio de Vergara que ponía fin a la guerra en el norte, y que había sido su escenario principal, el gobierno concentró todas sus fuerzas contra Cabrera, el cual se había negado a aceptar la paz. Vencido por Espartero en 1840, hubo de huir a Francia, donde viviría preso en el castillo de Ham. En 1846, pudo regresar a Cataluña, para ponerse al frente de un nuevo alzamiento carlista que fue igualmente derrotado, obligándole a escapar a Francia otra vez en 1849.

En 1850 se casó con una rica hacendada protestante inglesa y se instaló en aquel país. Aún tuvo ocasión de trabajar para la causa, puesto que, fue designado, jefe del partido carlista en 1869; pero sus desavenencias con el nuevo pretendiente, Carlos VII, y con la camarilla que le rodeaba determinaron su apartamiento definitivo de la dirección en 1870. Acabó por reconocer la legitimidad de Alfonso XII en 1875, y el monarca, en compensación, le confirmó el título condal y el grado de capitán general del ejército español.

En Inglaterra, su matrimonio le permitió llevar una vida de prosperidad, hasta su muerte ocurrida en Wentworth, el 24 de mayo de 1877.

Ramón Martín

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