Antonio Cordón García

 


Antonio Cordón nació el 25 de julio de 1895 en una España sumida en grandes tensiones políticas y sociales, ya que atravesaba una serie de conflictos que terminarían desembocando en la Guerra Civil. El año 1911 ingresó en la Academia de Artillería de Segovia, dando comienzo a su carrera militar. Como teniente fue destinado a diversas ciudades: Coruña, Gerona o Pontevedra, donde desempeñaría sus primeras funciones en el ejército español. La época estaba marcada por la insatisfacción con el gobierno y las clases que dirigían en país. España en los comienzos del siglo XX vivía bajo la influencia de una monarquía que se mostraba incapaz de resolver los problemas estructurales del país. La influencia de figuras como Primo de Rivera se estaba haciendo crucial, con su golpe de estado de 1923, que constituyó un punto de inflexión en la historia del país. Durante este periodo, Cordón desarrolló una fuerte crítica hacia la situación política y social del país, especialmente después de su participación en las operaciones militares de las guerras en Marruecos. La brutalidad empleada en estos conflictos le dejó una profunda huella, moldeando su pensamiento político hacia el comunismo.

    En 1936, al estallar la sublevación contra el gobierno legalmente establecido, por parte del general Franco, Cordón se unió al Partido Comunista de España, con la firme decisión de luchar por la República. Su compromiso con la causa republicana lo llevó a ocupar varios cargos de importancia durante la Guerra Civil Española. En mayo de 1937, Indalecio Prieto —quién por entonces era ministro de Defensa—, le nombró jefe del Estado Mayor del Ejército; jugando, bajo su mandato, un papel clave en diversas operaciones militares, destacando especialmente en el frente de Aragón. Su habilidad como estratega y líder militar le permitió ascender rápidamente, siendo ascendido a teniente coronel. En una de sus decisiones más discutidas, decidió instalar el Estado Mayor en Lérida, a pesar de las objeciones puestas por el general Pozas. Decisión que sería crucial para la continuidad de la resistencia republicana frente al avance franquista.

    En 1938, al ascender al poder el doctor Negrín, Cordón fue nombrado subsecretario de Defensa, cargo de gran importancia en esos últimos años de la Segunda República Española. Desde su posición desarrolló diversos planes encaminados a una mejor defensa de España, a pesar de que la situación militar del gobierno republicano se volvía cada vez más insostenible. La guerra total, las dificultades internas y la falta de apoyo internacional hicieron que la derrota fuera inevitable; a pesar de lo cual, Cordón continuó luchando por la causa republicana hasta la caída definitiva del régimen.

    En 1939, ante la sublevación del coronel Casado, Cordón, junto a la mayoría de sus compañeros, perdió toda esperanza de victoria. Tras la derrota republicana, se exilió en la Unión Soviética, donde pasó cuatro años en la Academia K.E. Voroshílov, donde pudo perfeccionar sus conocimientos de Estado Mayor. Su formación durante su estancia en la Unión Soviética le permitió obtener el grado de general en 1944, consolidándose como un destacado miembro del exilio republicano.

Tras su paso por la Unión Soviética, Cordón vivió una etapa de diversos desplazamientos por Europa. En 1946, se trasladó a Belgrado, donde fue recibido por el general Tito, líder de la antigua Yugoslavia. Fue designado como representante de los republicanos españoles y, en este cargo, jugó un papel importante en la defensa de los intereses del exilio español. A partir de 1956, vivió en Checoslovaquia, trabajando como docente en la Universidad Karolinska de Praga, donde impartió literatura española. Durante estos años, continuó su labor dentro del Partido Comunista de España, siendo miembro del comité central desde 1954. Su vida, marcada por el exilio, le permitió mantener una relación estrecha con los movimientos de izquierda y comunistas en Europa del Este. En este período, también escribió sus memorias, que fueron publicadas póstumamente bajo el título Trayectoria. Recuerdos de un artillero, un testimonio que refleja su visión sobre los eventos históricos y la lucha por la República.

    Cordón falleció en Roma el 23 de enero de 1969,y, con la llegada del cambio político en España, sus restos finalmente regresaron a su país.


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Ramón Martín


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