Claude Debussy

 


Debussy nació en Saint-Germain-en-Laye, al oeste de París, el 22 de agosto de 1862. En 1870 empezó a recibir sus primeras lecciones de piano y dos años después entraba en el Conservatorio de París, donde estudió piano con Antoine François Marmontel y composición con Ernest Guiraud. Debido a que, su personal estilo no se ajustaba con los métodos conservadores, tuvo diversos problemas durante sus estudios, a pesar de lo cual, en 1880, le contrató Nadezhda von Meck, la protectora de Chaikovski, para que enseñara música a sus hijos, por lo que, durante años siguió a la familia en sus viajes veraniegos a Rusia, Florencia y Viena.

Entre 1880 y 1881, compone la Sinfonía en si menor, para piano a cuatro manos, pero que no terminaría, ni sería orquestada por él: en 1993, se la envió a Nadezhda que esperaba ver terminada la obra. El manuscrito de la única parte terminada fue encontrado en Rusia.

En 1884 gana el Prix de Roma con su cantata L'enfant prodigue para soprano, barítono, tenor y orquesta. Los dos años siguientes los pasa en Roma, en la Villa Médicis. Durante esta época, en 1887, compone la suite sinfónica Printemps, que sería calificada, peyorativamente, de impresionista por su exótica coloración musical y la "Fantaisie para piano y orquesta". El Prélude à l'après-midi d'un faune, que compuso en 1894 es su primera obra escrita en el nuevo estilo impresionista, que causó un gran impacto. A la que siguió, el año siguiente, la primera versión de su innovadora ópera Pelléas el Mèlisande sobre un texto de Maurice Maeterlinck, que sería estrenada en 1902 en la Opéra-Comique de París dirigida por André Messager. Esta sinfonía, como la también sinfonía, Mathis der Maler de Hindemith, consiste en partes orquestales de la obra, que el compositor rumano Marius Constant, convirtió en una obra sinfónica en 1983. La ópera evoca un misterioso universo medieval de un modo onírico, muy lejano de la realidad, característico de la corriente literaria surgida a finales del Siglo XIX conocida como simbolismo.



El simbolismo se opone al realismo en todas sus formas, buscando aspectos de la realidad que no son evidentes. Lejos de representar los aspectos superficiales de la experiencia humana, se concentra en las impresiones transmitidas por estas experiencias y las emociones subliminales que liberan. Se crea una atmósfera íntima basada en la duda, el anhelo y el misterio. En lugar de centrarse en los acontecimientos más importantes de la historia, se despliegan situaciones cotidianas aparentemente intrascendentes, que a través de su alto contenido simbólico revelan la realidad subyacente de la trama.

Debussy logra crear, a través de la música, la atmósfera que requiere la leyenda. La luz y la sombra están delineadas musicalmente a través de sendas tonalidades, fa sostenido y do. Uno de los motivos principales es el tema de Golaud, formado únicamente por dos notas, re, mi, que aparece frecuentemente con algunas variaciones y en general en el registro grave de la orquesta, lo que le da un carácter sombrío. Parece indicar que Golaud simboliza la fuerza que se interpone entre los amantes y por eso tiene tanto peso en la música, aún más que los motivos de Pelléas y Mélisande. Además de los instrumentos habituales de la orquesta, donde destaca el uso refinado de los vientos que dan un color muy particular, Debussy utiliza el arpa, con su movimiento ondulante y la sugerencia de transparencias.

La vida amorosa de Debussy durante esta época fue bastante intensa. Tras relacionarse con Gabrielle Dupont durante siete años y prometerse, en 1894, con la cantante Thérèse Roger, se casa, en 1899, con la modelo Lily Texier. A partir de 1903 mantiene una relación con Emma Bardac, cantante que estaba casada con un banquero. En 1904 abandona a su mujer Lily, instalándose en un apartamento con Emma Bardac, lo que provoca una tentativa de suicidio de Lily y la pérdida de muchos amigos. En 1905 tiene una hija de Emma con la cual finalmente se casa en 1908.

En 1909 acepta el cargo de consejero administrativo del Conservatorio de París, a propuesta de Gabriel Fauré, pero, ese mismo año empiezan a manifestarse los primeros signos de su enfermedad, a pesar de lo cual, continúa viajando, escribiendo artículos y críticas para revistas, aunque dejará muchas obras inacabadas, pudiendo completar, sin embargo, sus dos libros de "Préludes" escritos para piano en 1910 y 1913. Una de sus últimas grandes obras es la música escénica compuesta para la obra de Gabrielle d'Annunzio Le Martyre de Saint Sébastian, que se estrenó en el Théâtre du Châtelet de París el 22 de mayo de 1911.

Los últimos años de su vida se vieron ensombrecidos por la Primera Guerra Mundial y el cáncer, que le llevaría a la muerte en su casa de París el 25 de marzo de 1918.

Ramón Martín

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