Juan Borja y Cattanei
Nacido en Roma,
posiblemente en 1474, fue hijo del cardenal
Rodrigo Borja, futuro Papa Alejandro VI y Vannozza Catanei,
concretamente el quinto de los nueve hijos que tuvo el cardenal. En 1488 heredó
el ducado de Gandía al morir su hermano Pedro
Luis. El 13 de diciembre de ese mismo año, bajo la tutela de su padre,
se firmaron en Valladolid las capitulaciones matrimoniales con María
Enríquez, que era prima hermana de Fernando
II de Aragón, la cual ya había estado prometida a Pedro
Luis, aunque el matrimonio no se consumó por la prematura muerte de
éste. La boda se celebró a finales de agosto de 1493 en Barcelona, en donde se
hallaba la Corte llevando a cabo las negociaciones de paz con Carlos VIII de
Francia, llegando, los recién casados a su palacio en Gandía, el 23 de
noviembre.
Instituido el mayorazgo de
Gandía en el documento matrimonial, en 1491 se incorporaba el Valle de Ebo, en Alicante
a los dominios que habían sido heredados por Juan Borja y en 1494, éste adquiría
las baronías de Turís y Corbera, en Valencia, más la “torre” y casas del Grao
de Gandía. Alfonso II de Nápoles, agradecido por el apoyo que le había
prestado Alejandro
VI para acceder al trono, el 8 de mayo de 1494, concedía a Juan el
principado de Tricarico y los condados de Chiaromonte, Lauria y Carinola; más
tarde Federico III le cedería el ducado de Sessa, junto a otros
feudos menores en el reino de Nápoles, y las plazas de Terracina y Pontecorvo
legados por Alejandro
VI a su hijo Juan, realizado en el consistorio del 7 de abril de 1497,
con la aprobación de todos los cardenales asistentes.
Contraviniendo todos los consejos
de su padre, el segundo duque de Gandía llevó una vida disoluta, que comenzaron
en Barcelona, los días previos a su boda, y siguieron una vez casado, lo que
chocaba con la estricta moralidad de su esposa, a consecuencia de lo cual, el
matrimonio estuvo al borde de la separación. Reclamado por su padre, Juan llegó
a Roma el 10 de agosto de 1496, siendo investido capitán general de la Iglesia,
a pesar de la oposición de Fernando
II de Aragón, el cual perseguía un acuerdo con Carlos VIII de
Francia y era consciente de que la primera misión de Juan, era combatir a
los señores italianos aliados con el monarca francés. Pese al apoyo prestado
por Guidobaldo de Montefeltro, señor de Urbino, el 24 de enero de 1497
las tropas pontificias sufrieron una derrota ante la fortaleza de Soriano,
donde el duque de Gandía mostró su escasa pericia militar y una actitud poco
heroica.
En la noche del 14 al 15 de
julio de 1497, Juan Borja fue asesinado tras una cena familiar celebrada en
casa de su madre. Su cuerpo sería hallado en el Tíber con varias puñaladas
mortales y la bolsa del dinero intacta. El móvil del asesinato no había sido el
robo. Aunque no se supo quiénes fueron los autores del crimen ni su inductor, ya
desde el primer instante, los rumores apuntaban hacia su hermano César,
aunque hoy parece poco probable y, menos consistente que la que apunta a los Sforza
y, sobre todo, a los Orsini. Para Alejandro
VI fue un duro golpe, pues tenía a Juan, un especial cariño, de hecho,
al año siguiente le puso el nombre del duque de Gandía al penúltimo de sus
vástagos, el enigmático Infans romanus, sobre quien pesa la hipótesis
del incesto. Juan había vuelto a Roma sólo, pues su esposa se hallaba en
avanzado estado de gestación de su hija Isabel. Un año más tarde, María
Enríquez hubo de hacerse cargo de las posesiones familiares hasta la mayoría de
edad de su hijo.
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