Victoriano Sánchez Barcáiztegui
Victoriano Sánchez Barcáiztegui, nació en
Ferrol, en una familia de marinos, el 23 de abril de 1826. Inició su carrera
militar ingresando en 1839 en la Escuela Naval de Ferrol. De guardiamarina
estuvo embarcado en la fragata Isabel II y otros buques, hasta que fue
ascendido a alférez de navío en enero de 1844. En octubre de ese mismo año, se
le concedió el mando del guardacostas Terrible, y tres años después a
bordo de la fragata Cortés, visitó Montevideo y otros puertos del
continente americano. Posteriormente embarcó en el vapor Colón, uno de
los buques que transportó al Ejército Expedicionario a los Estados
Pontificios el año 1848, formando parte de la fuerza en apoyo del Papa Pío
IX. Durante las operaciones, fue nombrado Caballero de la Orden de Santiago.
En enero de 1850, tras ascender a Teniente de Navío, se casó con Aurora de Ambrosi Luchi, de la que lastimosamente enviudó pronto. Fue destinado de nuevo a Ultramar, en 1851, embarcando en el bergantín Habanero y en el vapor Santa Isabel, ambos con base en La Habana, siendo finalmente destinado a la Estación Naval de Santiago de Cuba. En marzo de 1859 fue ascendió a Capitán de Fragata y se le dio el mando de la fragata Mazarredo, que tenía su base en el Arsenal de Ferrol. El año 1862, de nuevo es destinado a Ultramar, como Comandante de la Estación Naval del Río de la Plata en Montevideo, y cuatro años después es nombrado comandante de la fragata Almansa con base en Montevideo, incorporándose a la escuadra del brigadier Méndez Núñez en el Océano Pacífico. Ese año tuvo una destacada intervención en el combate con la flota peruana y el bombardeo del puerto del Callao, donde ante la amenaza de incendio del pañol de pólvora de su buque, decidió no inundarlo, pronunciando la famosa frase: “hoy no es día de mojar la pólvora”.
Por los méritos contraídos en dicho combate, en junio de 1866, es nombrado Comendador de la Orden de Isabel la Católica y ascendido a Capitán de Navío.
De vuelta a la península,
tras la Revolución de octubre de 1868, fue nombrado Comandante de Marina de
Cádiz, y en los primeros meses de 1870 contrae matrimonio con la que será
su segunda esposa, Ana Acquaroni Solís, con la que tuvo cuatro hijos. En
noviembre de 1870 fue destinado a Ferrol como director de la Escuela Naval
Flotante y primer comandante de la fragata Asturias, y en septiembre
de 1872, es nombrado Comandante General del Arsenal. Un mes después, tuvo
lugar la insurrección republicana de Ferrol, que estuvo dirigida por el
brigadier Bartolomé Pozas y el Capitán de Fragata Braulio Montojo, teniendo
Sánchez Barcáiztegui una destacada intervención para su pacífica terminación.
Tras un breve período como
Ayudante Personal del rey Alfonso XII, en enero del año 1874 fue
nombrado Jefe de las Fuerzas Navales del Cantábrico durante la Tercera Guerra
Carlista. Al mando
de una escuadra compuesta por ocho buques de guerra y once de transporte desembarcó
una fuerza de 6000 hombres en Bilbao para luchar contra el ejército carlista. Durante
todo el año 1874 y principios del año 1875, las Fuerzas Navales al mando de Sánchez
Barcáiztegui, bombardearon Santurce, Zumaya, Deva y Motrico. Durante el
bombardeo efectuado sobre esta última, el 24 de mayo de 1875, embarcado a bordo
del vapor Colón, fue alcanzado en el pecho por los disparos de las
baterías carlistas, falleciendo en el acto. El 2 de junio de 1875 el Gobierno
de la nación decretó que le fuesen concedidas honras de Contralmirante muerto
en acto de servicio. Fue trasladado en el propio vapor Colón a San
Fernando, siendo enterrado el 15 de junio en el Panteón de Marinos
Ilustres, en un
mausoleo con una inscripción referida a sus servicios a España.
El Ayuntamiento de Ferrol, el
5 junio de 1875, con el alcalde Demetrio Pla al frente, decidió levantarle una
estatua en una plazoleta ajardinada del Cantón de Molíns. La estatua fue
fundida en bronce en el arsenal ferrolano, por el escultor Ponciano Ponzano, se
colocó con una inscripción alusiva y fue inaugurada por los reyes Alfonso XII y
María Cristina el 12 de agosto de 1881. Un destructor
de la Armada, botado el año 1926 y que participó en la guerra civil
española, llevó
su nombre.
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Ramón Martín
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