Armand Emmanuel du Plessis, duque de Richelieu

 


Armand-Emmanuel Sophie Septimanie de Vignerot du Plessis, fue el quinto duque de Richelieu y Fronsac. Nació en París el 25 de septiembre de 1766. Hijo de Antoine de Vignerot du Plessis, cuarto duque de Richelieu, y de su esposa, Adlaïde de Hautefort. Su padre era hijo y también heredero del entonces favorito del rey Luis XV de Francia, Armand de Vignerot du Plessis, tercer duque de Richelieu.

Conocido con el título de conde de Chinon, se casó el 4 de mayo de 1782 con quince años con Alexandrine Rosalie Sabine de Rochechouart-Faudoas, una niña jorobada. de catorce años. Inmediatamente después de celebrarse la boda, se embarcó en el Grand Tour, visitando Ginebra, Florencia y Viena. Debido a la deformidad de Rosalie, es poco probable que el matrimonio llegara a consumarse. Tras tres años de viajes por el extranjero, ingresó en el Regimiento de Dragones de la reina María Antonieta y al año siguiente ocupó el lugar de su abuelo en la corte como primer gentilhombre de la cámara del rey Luis XVI de Francia, siendo su obligación asistir al rey durante las ceremonias diarias altamente ritualizadasA pesar de su corta edad, en la Corte tenía fama de austeridad puritana. Muerto su abuelo, su padre le sucedió en el ducado de Richelieu, el año 1788, y Chinon pasó a ser conocido como el duque de Fronsac.

En 1789, era capitán en el Regimiento de Húsares de Esterhazy, y el 5 de octubre de ese mismo año se encontraba en París, en el momento que daba comienzo la Marcha sobre Versalles. Preocupado por la seguridad de la familia real, se disfrazó como uno más de la multitud, partiendo hacia Versalles para advertir a los reyes. Ante la gran cantidad de personas que encontró, tomó un atajo por el bosque, llegando en el momento en que la multitud enfurecida accedía al palacio. Convenció a la reina para que buscara refugio en los aposentos del rey, lo que posiblemente le salvó la vida.

 

En 1790, dejó París por indicación de María Antonieta, dirigiéndose a Viena para discutir los acontecimientos de la Revolución Francesa con el hermano mayor de ésta, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, pero antes de llegar murió José; aunque pudo asistir, en Frankfurt, a la coronación del nuevo emperador, Leopoldo II, continuando en la corte de los Habsburgo. En Viena renovó la amistad con el príncipe Carlos de Ligne, hijo del diplomático austríaco, príncipe de Ligne. Juntos, decidieron unirse al ejército imperial ruso como voluntarios. Acompañados por el conde de Langeron, llegaron al cuartel general ruso en Bender (Moldavia), el 21 de noviembre, estando los tres presentes en la captura de Izmail por parte de Alexander Suvorov. Por los servicios prestados en esa batalla, Fronsac fue condecorado por la emperatriz Catalina la Grande con la Orden de San Jorge.

Cuando murió su padre en febrero de 1791, le sucedió en el ducado de Richelieu. Debido a la falta de voluntad de algunos nobles para servir en la casa real, Luis XVI lo llamó de regreso a París para que volviera a ocupar su puesto como primer gentilhombre en el Palacio de las Tullerías. Sin embargo, nadie le informó del asalto proyectado a Varennes en la noche del 20 de junio de 1791. Sintiendo que su papel era inútil para ayudar al rey en la lucha con la agitación revolucionaria que envolvía París, Richelieu obtuvo en julio, del rey, un pasaporte de la Asamblea Nacional Constituyente para regresar a Viena como diplomático. Pero tras una breve estancia en Austria, decidió unirse al ejército de emigrados contrarrevolucionarios del primo de Luis XVI, el príncipe de Condé, que tenía su cuartel general en la ciudad alemana de Coblenza. Poco después tras la derrotas sufridas por las fuerzas de Condé, Catalina la Grande ofreció puestos en su ejército a los oficiales que servían a las órdenes de Condé, algo que Richelieu aceptó.

En el ejército ruso, alcanzó el rango de mayor general, aunque renunció a su cargo tras lo que consideró una reprimenda injustificada por parte del sucesor de Catalina, el zar Pablo I. Sus perspectivas mejoraron cuando Pablo fuera asesinado en 1801. El nuevo emperador ruso, El zar Alejandro I, fue uno de sus amigos, tanto que, por intersección de éste, su nombre fue borrado de la lista de emigrados que tenían prohibido regresar a Francia, algo que Richelieu no había podido obtener de Napoleón Bonaparte, además de ser nombrado en 1803 por el nuevo gobierno imperial de Alejandro, Gobernador de Odessa. Dos años más tarde, se convertiría en gobernador general de una gran franja, recientemente conquistada al Imperio Otomano, llamada Nueva Rusia, que incluía los territorios de Chersonese, Ekaterinoslav y Crimea. Participó en la guerra turca (1806-1807) y estuvo presente en varias expediciones al Cáucaso. Desempeñando un importante papel durante la epidemia de peste que azotó a Odessa en el otoño de 1812. En los once años que duró su administración, la ciudad de Odessa aumentó, considerablemente, en tamaño e importancia, convirtiéndose en la tercera ciudad de mayor población del imperio. Los ciudadanos, en agradecimiento, le erigieron un monumento de bronce en 1828.



Regresó a Francia en 1814, y al volver Napoleón de exilio forzoso en la isla de Elba, acompañó a Luis XVIII hasta Lille, desde donde regresó a Viena para reincorporarse al ejército ruso, convencido de que podría servir mejor a los intereses del nuevo rey y de Francia uniéndose al cuartel general del zar Alejandro.

No cabe duda de que Richelieu fue un valioso apoyo para la monarquía en los inicios de la Restauración borbónica. A pesar de que, la mayor parte de sus propiedades fueron confiscadas y se perdieron, no compartió el resentimiento de la mayoría de los emigrados que habían ido regresando, de cuyas intrigas se mantuvo apartado durante su exilio ruso; y más, no compartió sus delirios de deshacer la obra de la Revolución Francesa. Como amigo personal del zar Alejandro, su influencia en los consejos de los aliados fue de gran utilidad; a pesar de lo cual, rechazó la oferta de un lugar en el ministerio del ex revolucionario y bonapartista Talleyrand, alegando una larga ausencia de Francia y una ignorancia de sus condiciones. Sin embargo, tras la renuncia de Talleyrand, decidió, por la insistencia de Mathieu de Montmorency, suceder a aquel como Primer Ministro de Francia. Debido a sus esfuerzos, Francia se liberó rápidamente de la carga del ejército de ocupación aliado. Para lograr lo cual, asistió al Congreso de Aix-la-Chapelle en 1818, donde se le informó de la promesa hecha por los aliados, consistente en interferir internamente en Francia si resurgían los problemas revolucionarios. Debido a este conocimiento, dejó el cargo en diciembre del mismo año, ante la negativa de sus colegas a apoyar una modificación de la ley electoral.

Tras el asesinato del sobrino del rey, el duque de Berry, y el retiro forzoso de Decazes, fue nombrado nuevamente primer ministro el 21 de febrero de 1821; pero su posición se hizo insostenible por los ataques de los "Ultras" por un lado y los liberales por el otro. El 12 de diciembre de 1821 volvió a dimitir. Murió, de un derrame cerebral, el 17 de mayo de 1822.


Los interesados

podéis adquirirlos

en los siguientes enlaces:

Tapa blanda (8,32€)

Versión Kindle (3,00€)

 

 

 




Ramón Martín

 


Comentarios

Entradas populares