Nacido en Madrid, el 18 de enero de 1806. Era hijo de Juan de Lángara y Arizmendi y de Ana Huarte y Trejo. Su padre fue uno de los primeros componentes de la Compañía de Guardiamarinas de Cádiz, y el primer teniente general de la Armada procedente de dicha Compañía.
Pronto se sintió
atraído por la Armada, ingresando como guardiamarina en 1750. Pronto, gracias a
sus méritos, fue elegido por su superior, Jorge Juan, para efectuar el
curso de Matemáticas Sublimes, y más tarde fue enviado a París para
perfeccionar sus estudios. A su regreso a Madrid en 1755, pasó a ocupar destinos
de embarque, y durante diez años, llevó a cabo importantes misiones por las
costas de España, África y las Indias Occidentales.
Realizó tres viajes
de ida y vuelta a Filipinas al mando del mercante “Buen Consejo” y de
las fragatas de guerra “Venus” y “Rosalía”, en los que puso en
práctica los últimos adelantos en navegación y los enseñó a sus subordinados,
haciendo que dichos conocimientos llegaran a muchos oficiales de la Marina
española, cuando en Inglaterra o Francia estaban sólo reservados a muy contadas
personas. En un viaje a Manila al mando de la fragata “Venus” en
1773, durante una noche clara y de luna, se le ocurrió la idea de calcular la
longitud por la distancia de dicho satélite a una determinada estrella.
La pugna científica
de aquella época se centraba entre Inglaterra y Francia. España quería
mantenerse al mismo nivel y para ello aprovechó las inquietudes y conocimientos
de Lángara, que, al mando de la fragata “Rosalía” efectuó una
expedición científica en 1774, para poner en práctica los últimos adelantos y
métodos. Durante seis meses, navegó por el Atlántico norte y sur e hizo
observaciones, practicó nuevos métodos de navegación astronómica, corrigió
errores en cartas náuticas, adiestró a otros marinos, y exploró algunas islas.
Al mando del
navío “Poderoso”, de 70 cañones, buque insignia del marqués de
Casa-Tilly, se trasladó a Brasil con el Ejército de Pedro de Cevallos
en 1776 en una expedición contra los portugueses, y en los siguientes tres años,
tomó parte en diferentes acciones, entre ellas la conquista de la isla Santa
Catalina.
En la guerra contra
Inglaterra, declarada en 1779, Lángara se mantuvo cruzando por la zona de las
islas Terceras al mando de una división formada por los navíos “Poderoso”
que izaba su insignia, “Leandro” y dos fragatas, para asegurar
la venida de las flotas de Indias. Sufrió severos temporales, en uno de los
cuales naufragó el “Poderoso”, el 27 de agosto y Lángara estuvo a punto de
perecer, aunque, gracias a sus decisiones, se consiguió salvar con toda la
dotación en las fragatas, izando su insignia en el “Leandro”.
Cerca de la isla
Santa Margarita apresó con su división a la fragata inglesa “Winchcom”.
Regresó a Cádiz y
ascendió a jefe de escuadra en diciembre de 1779. Al continuar la guerra contra
Inglaterra, se estableció el bloqueo de Gibraltar, en el que Lángara participó
con una escuadra de 13 barcos a la que tenía que unirse otra de Luis de Córdova, de 16 barcos. Pero un temporal obligó a Lángara a levantar
el bloqueo de la plaza, y, empujado al Mediterráneo por el fuerte viento, tuvo
que entrar de arribada en Cartagena con graves averías en sus barcos.
Terminadas las reparaciones, salió de Cartagena y regresó al bloqueo, sin poder
conectar con los barcos de Luis de Córdova, que, zarandeados por los temporales en el estrecho, se
estaban reparando en Cádiz. En cambio, se encontró con la escuadra del almirante
inglés Rodney, formada por 21 navíos y 10 fragatas, que había salido de
Inglaterra en diciembre de 1779 escoltando un convoy de más de 200 barcos, con
víveres, provisiones, municiones y pertrechos para aprovisionar Gibraltar, que
estaba muy necesitado por el bloqueo a que se veía sometido.
El avistamiento de ambas escuadras se produjo a la altura del cabo Santa María, el 16 de enero de 1780, en la costa portuguesa del Algarbe. Lángara entró en combate en inferioridad de condiciones, ya que, a pesar de intentar eludir el encuentro a la vista de la superioridad numérica de los ingleses, las hábiles maniobras de Rodney no se lo permitieron. Los barcos ingleses tenían los fondos forrados de cobre, lo que les hacía más rápidos que los españoles, que intentaron alejarse sin conseguirlo. Al primer barco que alcanzaron los ingleses fue al navío “Santo Domingo”, que por averías en la verga mayor era el más lento. Fue intensamente cañoneado y, aunque se defendió bien, voló con una gran explosión y desapareció con toda su gente. Lángara izaba su insignia en el navío “Fénix”, que combatió con varios navíos enemigos a la vez. Tras una intensa y prolongada lucha, el barco fue desarbolado, y a las diez de la noche el “Fénix” se rindió, con más de un tercio de su dotación, fuera de combate. El propio Lángara sufrió tres heridas graves: una bala de fusil en la cara y metralla en el muslo, con las que siguió luchando, hasta que recibió un golpe en la cabeza que lo dejó sin sentido y fue evacuado a la enfermería. Hecho prisionero, fue llevado a Gibraltar, desde donde dio cuenta del combate por escrito de 21 de enero. En el combate, que duró unas ocho horas en medio de un fuerte temporal, la escuadra de Lángara fue diezmada. Perdió 5 navíos, 4 apresados: “Fénix”, “Diligente”, "Monarca" y "Princesa", y el “Santo Domingo” volado. Los ingleses también habían apresado al "San Julián" y al “San Eugenio”, pero el temporal estuvo a punto de lanzarlos contra la costa, por lo que los ingleses de las dotaciones de presa pidieron ayuda a sus prisioneros españoles, que se la dieron con la condición, aceptada, de que los ingleses pasaran a ser los prisioneros, con lo que los dos barcos entraron en Cádiz llevando cautivos a los que los habían capturado.
El comportamiento de Lángara en el combate del cabo Santa María mereció la aprobación del Rey y, a pesar del descalabro sufrido y de que había sido ascendido a jefe de escuadra hacía poco tiempo, ascendió a teniente general en febrero de 1781. El “cúmplase” de ordenanza de este ascenso fue dado por su padre, el teniente general Juan de Lángara y Arizmendi, director general interino de la Armada, con lo que el hijo alcanzó al padre en tan alto rango. Más adelante, una vez curado de sus heridas, Lángara recibió el mando de una nueva escuadra en 1783, que tenía que unirse a otra francesa para la conquista de Jamaica, pero la expedición no se realizó por haberse firmado la paz con Inglaterra.
En 1787, la Armada decidió organizar una pequeña escuadra para adiestrar a los oficiales, una escuadra de evoluciones e instrucción, con 9 fragatas y 3 buques menores al mando de Lángara, que en dicho año puso en práctica un plan para obtener con el máximo aprovechamiento las mejores enseñanzas.
Declarada la guerra a la República Francesa en marzo de 1793, Lángara recibió el mando de otra escuadra de 17 navíos, con su insignia en el navío “Reina Luisa”. Operó en el Mediterráneo con la escuadra inglesa del almirante Hood, de 21 navíos. Acudió en ayuda de los realistas de Tolón, que se habían levantado contra la República, donde se presentaron las dos escuadras el 27 de agosto. La ciudad y su arsenal fueron tomados, pero al poco tiempo la situación se volvió insostenible, y se decidió la evacuación de la plaza, que estaba defendida por el capitán de artillería Napoleón. Las fuerzas aliadas prendieron fuego al arsenal y a los barcos franceses en diciembre. Las tropas reembarcaron, y Lángara se detuvo a recoger a los ciudadanos comprometidos de Tolón, a lo que se unió Hood de mala gana.
La escuadra de Lángara fue la última en salir de la bahía de Tolón. Más adelante se trasladó a Liorna con una escuadra de 10 navíos y 4 fragatas, para llevar a Cartagena al príncipe heredero de Parma, que se iba a casar con la infanta María Luisa, y lo acompañó a la Corte en 1794.
En 1795 fue nombrado capitán general del departamento de Cádiz, reteniendo la Comandancia principal de batallones. Al mando de una escuadra de 26 navíos y 14 fragatas, salió de Cádiz el 4 de agosto, con su insignia en el "Santísima Trinidad", y durante algunos días dio escolta a una división francesa que se dirigía a Terranova. Poco después, España y Francia firmaron el tratado de San Ildefonso, por el que renovaban los pactos de familia.
Lángara se dirigió al Mediterráneo con su escuadra y, al tener noticias de que, sin declaración de guerra, Inglaterra apresaba barcos españoles, adoptó la misma postura, y al encontrarse con el contralmirante inglés Man, que escoltaba 3 transportes y un bergantín mercante, les dio caza y apresó uno de los transportes y el bergantín. Continuó a Cartagena, donde recibió el refuerzo de 7 navíos, y se hizo de nuevo a la mar para patrullar entre Córcega y la península italiana, y posteriormente entró en Tolón en noviembre. Salió de Tolón el 30 de ese mismo mes dando escolta a una división francesa que se dirigía a Brest, y entró en Cartagena el 20 de diciembre, donde fue relevado por José de Córdoba y Ramos.
En 1796 fue designado secretario de Estado y del Despacho Universal de Marina (equivalente a ministro de Marina), y dos años después, en 1798, sin cesar en el Ministerio, ascendió a capitán general de la Armada y recibió el nombramiento de director general de dicha institución. Desempeñó dichos cargos hasta finales de 1799, en que fue designado miembro del Consejo de Estado. Falleció en Madrid en 1806, a la edad de setenta años y más de cincuenta y cinco de servicio, dejando tras de sí un amplio legado de mejoras en la Armada y en las ciencias náuticas.
Lángara se casó en septiembre de 1774 con María Lugarda de Hevia y Navarro, hija del jefe de escuadra Gutiérrez de Hevia. El matrimonio no dejó sucesión, y su esposa sobrevivió a Lángara, muriendo en Madrid en 1837.
Desde su época de subalterno, Juan de Lángara era cruzado en la Orden de Calatrava, y más adelante obtuvo la encomienda de las casas de Talavera de la citada Orden. También recibió la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, y la llave de gentilhombre de Cámara de Su Majestad.
Fuentes utilizadas:
WikipediA, Real Academia de la Historia y MCN biografías. Las imágenes de WikipediA
y Pinterest
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